Cuando era adolescente odiaba bailar. En las fiestas de fin de curso era la típica chica seta que se queda sentada y como mucho mueve los hombros y la cabeza mientras tararea las canciones.
Yo con eso sufría. No hay nada más molón cuando eres adolescente que ser la reina de la discoteca, la gogo de todas las fiestas, la chica de Dirty Dancing.
Cada vez que salíamos en grupo sabía que en algún momento alguien se empeñaria en que todos los amigos saliéramos juntos a bailar en el centro de la pista, a pesar de que yo sólo quisiera hacerlo cuando ponían las lentas.
Bailar ha sido siempre mi cruz, ni borracha salía la diosa bailona que yo creía que llevaba dentro.
La de tardes que ensayé la escena de la audición de Flashdance cuando era adolescente |
Bailar en las bodas es algo que no he hecho ni de adolescente.
Afortunadamente cuando vas a una boda y eres un invitado más nadie espera que bailes. En las bodas yo era y soy de las que aprovecha el momento baile para ir mesa por mesa charlando con amigos y familiares.
Hasta que llega tu boda.
¿Qué haces cuando tú eres la novia y odias bailar?.
Aún cuando tu boda sea pequeña y todo el mundo sepa que odias bailar, es todo un sacrilegio no hacerlo.
La Apertura del Baile es el culmen del horror para una chica seta: luces apagadas, foco iluminándote y toda una sala llena de personas pendientes de cómo ejecutas el baile más importante de tu vida.
Sudores frios me dan recordando el momento.
Si pudiera volver atrás cambiaría varias cosas de mi boda. Sin duda utilizaría mis gafas de pasta, porque yo soy mujer gafapasta y me veo rarísima sin ellas en las fotos (ese día me puse lentillas, regalo de boda de unos invitados, que nunca más he vuelto a utilizar).
Y desde luego si volviera atrás no realizaría la Apertura del Baile. Fue un momento tierra trágame y no me dejes salir con el que todavía tengo pesadillas.
al menos no hicimos los pajaritos |
Si volviera atrás le diría al DJ que pusiera la música directamente y aquí paz y después gloria.
Afortunadamente la boda fue un paréntesis en mi vida. Hace tiempo que no bailo en bodas, celebraciones o eventos. Como mucho puedo hacer el trenecito y alguna chorrada si me da el punto, pero poco más.
Si te vas a casar y eres una chica seta como yo te doy un consejo: no bailes
Desde luego no pagues por recibir clases de baile sólo para el día de tu boda. Gastar tiempo y dinero en hacer algo que no te gusta, y además hacerlo sólo por agradar a los demás en un día en el cual tienes que ser tú misma y disfrutar en todo momento, es absurdo.
Como te digo yo bailé y me quité las gafas. Un poco más y termino como Rociíto el día de su boda: con lentillas azules, uñas de 2 Km y postizo de 3 m. Natural como la vida misma.
Como te de por transformarte para gustar a los demás no sabes cómo puedes acabar
En serio, no merece la pena. Los tiempos han cambiado, las bodas también.
Sólo merece la pena cumplir con aquellas costumbres y tradiciones que contribuyan a que tu boda sea una experiencia feliz.
Si eres una chica seta ¡no bailes en tu boda!
(y disfruta)
(y disfruta)